En una charla de “La Ruta del Pensamiento”, realizada este 10 de septiembre, el Dr. Nicolás Montalva, académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud, se refirió a cómo los sistemas de herencias de los crianceros de cabras pueden aportar una visión más diversa sobre el traspaso y acumulación de bienes en el Chile.
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¿Qué tienen en común los genes, los apellidos y la riqueza?
Este fue el título, y pregunta, que planteó una nueva charla del ciclo “La Ruta del Pensamiento”, que reunió a estudiantes de diferentes colegios de Santiago con el Dr. Nicolás Montalva, académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud U. Mayor, para tener un acercamiento diferente sobre la desigualdad, la acumulación de la riqueza y las herencias.
Llevada a cabo este 10 de septiembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral, la charla del Doctor en Antropología por la University College London se centró en los aspectos esenciales de sus investigaciones que por años han seguido la huella genética y social de las comunidades de crianceros de cabras en la Región de Coquimbo.
Así el Dr. Montalva comentó que con datos genéticos, entrevistas e información de bienes raíces, logró establecer conexiones sobre desigualdad y distribución de bienes y propiedades entre los miembros de estas comunidades, que a diferencia de casi el 90% de la población urbanizada en Chile, posee un sistema especialmente diferente de herencias.
¿Menos desigual o más flexibilidad?
En nuestro país la legislación establece que cada persona tiene un conjunto de herederos obligados, en que se distribuye la mitad del patrimonio para el cónyuge y el 50% restante es dividido entre los hijos; y solo una llamada “cuarta de libre disposición” queda para ser heredara a cualquier persona, según la última voluntad del fallecido.
Es precisamente este punto en donde, según el Dr. Montalva, estaría la clave: “En otros casos, los hijos reciben de manera colectiva la herencia, sin la posibilidad de partirla. Esto se llama multigenitura indivisible y es el sistema que históricamente han adoptado las comunidades de crianceros de cabras de la Región de Coquimbo”.
Y algunas de las características que diferencian a este grupo en su sistema de herencia tiene que ver con que “estas comunidades tienen una administración colectiva de las tierras. Es casi único en Chile, porque las personas no tienen esa propiedad sobre los paños de explotación, sino que poseen derechos de comunero que sí son heredables, pero no indivisibles”, señala el Dr. Montalva.
Según el académico, esto no quiere decir que no existan desigualdades o asimetrías dentro de las comunidades, ya que “si bien la tierra es una propiedad comunitaria, algunas personas pueden acumular varios derechos de comunero, si es que la madre poseía uno además del padre, por ejemplo; y otras personas puede que no tengan ninguno. Es una forma de estructurar la desigualdad de manera diferente, pero que tiene una gama de flexibilidad más amplia que el sistema que nos rige a casi a todo el resto”
Pese a esto, el investigador de todas maneras rescata 3 características que este sistema de herencia puede aportar a una mirada más rica sobre el vínculo entre las desigualdades y el traspaso de la propiedad.
1. Diversidad
“Efectivamente existe una fuerte estructuración entre grupos que están emparentados genéticamente y las desigualdades, puesto a que esta tiende a agruparse en tradiciones familiares. Sin embargo, en este sistema, al no existir una obligatoriedad de cómo se tiene que repartir la herencia, podemos por ejemplo ver familias que eligen devolver todos sus derechos de comunero a la comunidad”.
2. Familia: algo más allá de lo biológico
“Los conceptos de familia están sujetos a épocas y condiciones sociales. No somos conscientes de que la familia es algo más social que biológico y que eso tiene impactos mayores que el decidir cómo vivimos y dónde vivimos. Por ejemplo, estas comunidades agrícolas nos muestran una evolución diferente de la historia de cómo evolucionó el sistema de herencias en nuestro país, que viene del mayorazgo español, en el cual solo el hijo mayor recibía la propiedad raíz completa y que más tarde devino en el origen del latifundio”.
3.Trabajo en vida
“Estudiar los sistemas de herencia nos demuestra que las desigualdades no están siempre obligatoriamente vinculadas a la actividad económica realizada en la vida. Lo que podría ser interesante es buscar algún tipo comunidad en que existan diferencias en cuanto a la cantidad de propiedad transmisible y no entorno a la forma en que se trasfiere”.
Fuente: Diario Mayor