Académica en Derecho Tributario de las universidades de Chile y Católica de Chile, analizó la Reforma Tributaria impulsada por el Gobierno, en el marco de un coloquio de la Escuela de Derecho de la Universidad Mayor.
Soledad Recabarren es abogada con especialidad en impuestos. Es docente en la Universidad de Chile y en la Pontificia Universidad Católica de Chile y, además, coordinadora del Magíster en Derecho con mención en Derecho Tributario de la PUC.
En entrevista con DiarioMayor.cl, la experta se refirió a los vaivenes de la Reforma Tributaria y los próximos pasos que se deberán realizar para subsanar errores procedimentales, según señaló, en una de las principales gestiones que impulsa el Gobierno y que hoy son materia de escrutinio público.
En su charla, usted se refirió a la “Reforma a la Reforma”, ¿qué quiso decir con eso?
Lo que pasa es que la Reforma Tributaria salió con una serie de problemas y errores, y parte de los compromisos que asumió Hacienda fue que, después de aprobada, iba a corregir muchas cosas y esas correcciones se están limitando a lo mínimo de lo posible, con lo cual hay cambios, por un lado, pero también siguen habiendo problemas en la Reforma Tributaria.
¿Qué problemas tiene?
Lo que pasa es que derechamente la Reforma Tributaria salió con errores, errores de referencia y otros, pero como tenían el compromiso político de aprobarla sí o sí, porque la Presidenta (Bachelet) quería mostrarla como uno de los logros, se comprometieron a que con posterioridad se iban a corregir esos errores, algunos se trataron de arreglar vía circular y otros simplemente no tienen arreglo administrativo, por lo que hay que cambiar la ley. Aun así, esos arreglos no son suficientes, van a arreglar solamente los problemas básicos, pero quedan un montón de temas por resolver.
¿Podría profundizar en ello?
El determinar la coexistencia de los dos sistemas como lo planteó la Reforma Tributaria. Después del protocolo – la reforma venía en un sentido-, la derecha presionó y, en conjunto con la Democracia Cristiana, que se alineó, trataron de arreglarla y quedó “un camello con rayas”. Una mezcla entre camello y cebra.
Eso produce un montón de cortocircuitos y una de las cosas que se pidió es que uno de los dos sistemas primara sobre el otro.
¿Tiene que ver con gravámenes?
No, tiene que ver con qué tipo de empresas pueden acogerse a un sistema y qué tipo de empresas pueden acogerse al otro.
¿Según su giro económico?
Sí. Atribuido, semi-integrado, con pago de 25% en primera categoría o de 27% de primera categoría. Es decir, hay dos sistemas que se diferencian en un montón de aspectos y la idea es determinar quiénes (personas jurídicas o naturales) se pueden acoger a uno y a otro, y si pueden interactuar en una misma malla de sociedades con un sistema y con otro.
Y bajo su mirada, ¿esta es una buena o una mala Reforma Tributaria?
Es una mala reforma.
¿En qué sentido?
En que si lo único que querían era realmente recaudación, podrían haber hecho algunos cambios para evitar las normas de elusión (casos de abuso o simulación), haber mejorado todo lo que es fiscalización y haber subido la tasa de impuestos. Y no hacer la cantidad de cambios que hicieron.
¿Qué consecuencias trae esto?
Lo primero que produce, como consecuencia adversa, es inestabilidad, porque los empresarios todavía no saben qué régimen van a acogerse y esa incertidumbre, obviamente, produce que la gente no se mueva. Estamos en una época de recesión y, además, los empresarios no saben cómo moverse, porque todavía no está claro cómo se va a aplicar la Reforma Tributaria. Es la tormenta perfecta.
Soledad Recabarren compartió panel en el Coloquio “Reforma Tributaria. Impuestos a la renta, bienes raíces y procedimiento tributario”, junto al magistrado Orlando Cuevas, juez del Tribunal Tributario y Aduanero (TTA) de La Araucanía; Luis Felipe Ocampo, gerente Servicios Tributarios de Ernst & Young Chile y Carlos Reyes, director de la Escuela de Derecho de la Universidad Mayor sede Temuco.