Nelson Urra, director de Ingeniería en Medio Ambiente y Sustentabilidad U. Mayor, explica los cambios que traerá consigo la llegada al Hemisferio Sur del solsticio de invierno.
Para las 00.24 horas de este miércoles 21 de junio, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), fijó la llegada del solsticio de invierno al Hemisferio Sur, marcando así el comienzo oficial del invierno en Chile.
Pero más allá del solsticio, que corresponde a la fecha en que el sol alcanza su mayor latitud en el Hemisferio Norte, el invierno en Chile, desde el punto de vista climático, se instaló hace poco más de un mes, acompañado de fuertes sistemas frontales y consecuentes olas de frío.
“La principal característica que está dejando el Cambio Climático en términos de evidencia es que se nos están acortando las temporadas. Tal como ocurrió en años anteriores, el invierno llegó hace rato a Chile, pese a que mañana recién se registra la llegada del solsticio de invierno. A fin de cuentas, la llegada del solsticio pasa a ser netamente un tema de calendario ya que en registros térmicos y pluviométricos, el invierno se instaló hace más de un mes”, apuntó Nelson Urra, director de Ingeniería en Medio Ambiente y Sustentabilidad U. Mayor.
El académico de la Universidad Mayor explicó que este “adelantamiento” de las temporadas es un tema que llegó para quedarse y que también se manifiesta en otras estaciones, como la primavera, donde en pleno noviembre se han registrado temperaturas máximas por sobre los 35 grados, dándole paso a un verano anticipado.
“Existen una serie de consecuencias asociadas al Cambio Climático que impactan fuerte en el aspecto meteorológico como, por ejemplo, la intensidad y variabilidad de las lluvias. Si antiguamente éstas se mantenían por semanas, hoy en día llueven todos los milímetros en un solo día, causando inundaciones y desprendimientos, entre otros factores de riesgo como la tan mencionada isoterma cero”, comentó Urra.
Según el académico, la mencionada isoterma cero, que en términos prácticos es la altura que separa lo que serán precipitaciones líquidas y precipitaciones en forma de nieve, es sin lugar a dudas uno de los factores más complicados en términos de Cambio Climático ya que “esta condición de agua líquida en la cordillera nos resta la capacidad de generar nieve, provoca anegación en las plantas de potabilización de agua y genera serios riesgos de desprendimientos de tierra (agua-lodo)”.
CONTAMINACIÓN
Otro factor que está golpeando duro de cara a la llegada del invierno a Chile, apunta a las malas condiciones de ventilación de la cuenca de Santiago que han provocado una serie de sucesivas alertas ambientales que, ante el ingreso de nuevas masas frías, se harán cada vez más difíciles de controlar para las autoridades.
“Independiente de la presencia del Cambio Climático, el invierno siempre va a ser complicado en Chile porque la ventilación de la cuenca de Santiago es muy mala. Pese a ello, el Cambio Climático ha llevado a los extremos las temperaturas máximas y mínimas, y las bajas temperaturas ‘obligan’, de cierto modo, a utilizar sistema de calefacción que calienten más, como la leña y las estufas a parafina”, explicó.
Más allá de las bajas temperaturas y la necesidad de temperar los hogares de forma rápida y efectiva, el director de Ingeniería en Medio Ambiente y Sustentabilidad hizo un llamado a “buscar el equilibrio entre el presupuesto y el sistema de calefacción”, dejando en claro que muchas veces la forma más barata de calefaccionar el hogar será la más contaminante.
“Hay que tener ojo porque esto de la contaminación no pasa solamente por una situación país, sino también por la contaminación intradomiciliaria, que también es muy alta. Lo más recomendable para no afectar la salud es optar por estufas a gas o eléctricas”, sentenció el especialista.