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Experta entrega claves para aumentar la participación laboral femenina

Luego que un estudio mostrara que el programa de guarderías infantiles del Gobierno contribuyó a la integración de la mujer al mundo del trabajo, Ninoshka Fasce, experta en capital humano U. Mayor, sugiere ampliar esta política e insta a las empresas a ver como una inversión los beneficios que se entregan para el cuidado de los hijos.


El centro de estudios J-PAL dio a conocer recientemente una investigación en la que examinó de qué forma ha impactado el plan de guarderías infantiles “4 a 7” del Ministerio de la Mujer, determinando que el efecto ha sido positivo: gracias a esta política, la participación laboral femenina aumentó un 7%.

Si bien la integración de la mujer al mercado del trabajo es un factor que puede ayudar a disminuir la pobreza al generar ingresos adicionales en los hogares, as autoras del estudio reconocen que "lograr este aumento no es fácil, partiendo de la base que, normalmente, la participación laboral es más baja en las mujeres que en los hombres", siendo el compromiso de cuidar a los hijos una de las razones principales de este problema.

De ahí que el Gobierno patrocine "4 a 7", un programa gratuito que ofrece tres horas de cuidado, a cargo del Estado, para el periodo después de la jornada escolar y para niños cuyas edades estén entre los 6 y los 13 años.

“Según el informe del Foro Económico Mundial, Chile está, en promedio, en el puesto 70 de 144 países analizados” en cuanto a participación laboral femenina, comenta Ninoshka Fasce, experta en capital humano de la U. Mayor.

En ese contexto, el paper de J-PAL estimó que el programa de guarderías elevó la probabilidad de que las madres trabajaran “al menos un mes por año en 3,4 puntos porcentuales (75% versus el 71,6% en el grupo de comparación), lo que se traduce en un aumento de un 5%”, según se lee en el informe.

Para Ninoshka Fasce, este tipo de políticas “definitivamente” contribuye a la integración de las mujeres al mercado laboral. “A más oferta de guarderías o ‘after school’, más beneficiadas se van a ver las mujeres con hijos que deseen trabajar”, sostiene. Por ello cree que “sería excelente que la oferta sea aún mayor y menos restringida, que no se tenga que postular, sino que las mujeres puedan contar con ese servicio”.

Al ser consultada sobre si este programa gubernamental va en línea con las recomendaciones internacionales, la académica afirmó que “incluso en los países más desarrollados el cuidado de los niños es un tema”.

Sin embargo, Fasce indicó que en esos lugares del mundo “lo que se hace es inscribir al recién nacido comunicando que se usará el servicio de guardería, muchas (las mujeres) lo hacen ni bien se enteran que están embarazadas. Y saben que contarán con el servicio”.

Agregó que “la mayoría de países de la OCDE tiene mucho menores índices de inequidad de género, lo que se refleja en la casi pareja inserción laboral de hombres y mujeres, muy diferente a países como el nuestro. Y esto va de la mano con los servicios que brinda el Estado, como el de guarderías, por ejemplo”.

La especialista señaló que también sería necesario que se extienda el derecho a guarderías no solo a madres de niños de 6 a 13 años, sino a niños menores. “¿Qué hace una mamá que cuida a uno de 9, otro de 6 y otro de 3? Necesita estar segura que todos estarán bien cuidados, para poder trabajar”, comentó.

Enfatizó que el hecho de que “las mujeres trabajen y tengan la seguridad que sus hijos estarán bien, es enormemente importante en un país donde hay muchos hogares monoparentales. Asimismo, las familias donde ella es ama de casa se ven muy favorecidas cuando tienen la posibilidad de recibir un segundo ingreso, (y por lo tanto), la calidad de vida de los miembros de la familia se beneficia”.

Desde el punto de vista del sector privado, la experta en capital humano recordó que las empresas con un número significativo de mujeres están obligadas por ley a proveer las facilidades para que las madres puedan tener la tranquilidad de que sus hijos serán cuidados. “Creo que esto es genial, siempre y cuando la empresa lo vea como una inversión y no un gasto. Las mujeres agradecen este beneficio y lo retribuyen con mayor compromiso y, por lo tanto, mayor productividad”, remarcó.

Asimismo, opinó que “sería muy bueno que este beneficio sea costeado también por el Estado, ya que le conviene que una mayor cantidad de familias mejore su calidad de vida y así no se desincentivaría la contratación de mujeres”.